Egúngún

Egúngún…

Según los Yorùbás un Egúngún es un ciudadano del cielo “Ara-Orun”. Cuando aparecen a alguien del culto, se viste de Egúngún (Usan un traje de Agò desde la cabeza a los pies) puede aparecer solo o acompañado de uno hasta dos escoltas “Atókùn” lleva un látigo flexible y habla con voz ventrílocua, la gente siempre intenta esquivarlo y no tocarle, mientras sus adoradores se inclinan o arrodillan ante él, en algunos casos se le entregan ofendas y regalos.

Esta regla o culto, es muy estricta en cuanto a su pertenencia, actividad y secretos,  la primera de las reglas que nos encontramos es que no pueden participar las mujeres, y muy lejos de las razones, siempre pintorescas y novelescas,  expuestas por algunos religiosos Afro-cubanos.

La razón la hemos indicado con anterioridad, y es que se considera que las ancestralidades que forman esta sociedad, son preponderante y dominantemente del género masculino y no femenino, ya que las mujeres y las ancestralidades femeninas, en Yorùbáland, tienen otras sociedades y cultos, como son las sociedades Gèlèdé, para su interactuación, aunque realmente este prohibición, esta últimamente muy cuestionada, sobre todo dentro de nuestro propio linaje, donde se considera que la mujer tiene una conexión espiritual, tan fuerte o más que el hombre y que por ende ellas podrían ser tan buenas o mejores sacerdotisas Egúngún.  Por otro lado sus lugares de reunión e iniciación siempre son monte adentro y de noche, pues consideran que es el lugar donde se producen las asambleas de ancianos y ancestros, ya que en vida y en antaño era donde se producían las asambleas del pueblo.

En cuanto a la rigurosidad y celo de sus liturgias, secretos y encantamientos, esta es máxima, pues consideran que los mismos son los secretos de su familia y corresponde a la herencia ancestral recibida.

Como todo culto, este tiene sus sacerdotes, denominados Alàgbàá, los cuales son iniciados en ceremonias secretas y privadas, en su gran parte, y que son siempre dirigidas por el Alàgbàá Mayor o líder del clan.

En dicha ceremonia, a demás de la consagración del fundamento Egúngún, y de la propia persona, uno de los implementos y/o elemento importante, no solo en la misma y el trabajo futuro del Alágbàá, sino también como componente de su futuro altar, es el denominado traje Èkú eégún, o traje que es utilizado en todas y cada una de las mascaradas y festivales Egúngún, y que es confeccionado en la medida de lo posible con trozos de telas de ropajes pertenecientes a sus ancestros varones, y que debe ser realizado, para cubrir desde la cabeza hasta los pies, incluidos brazos y manos, y donde en las distintas manifestaciones, festejos y ceremoniales, tomara posesión sus ancestros.

En los trabajos y ceremoniales con Egúngún, existe la posibilidad de trabajar directamente con los espíritus encarnados de esos antepasados, bien sea a través del propio sacerdote Egúngún, que actúa como receptor del mismo, y en ese momento se convierte en un Egúngún, o bien sea a través de otra persona cuyo desarrollo espiritual facilita esta acción, en cuyo caso el Alágbàá, actúa como Amúsàn-án, ósea guía de esas espiritualidades y controlador del proceso y de la ceremonia. Egúngún exige el poder de metamorfosearse en animales y de cambiar de sexo, pues como hemos visto antes también existen componentes animales en nuestras ancestralidades, componentes que hemos convertido en representaciones totémicas, aunque en realidad nunca hemos sido testigos de dichas metamorfosis.

La comunicación y consulta a estos ancestros, es única y exclusivamente potestad de los Alágbàá, pues son ellos los que tienen la capacidad de la videncia y/o conexión con los ancestros para recibir sus mensajes. Dicha comunicación se realiza mediante sueños, videncias, encarnaciones que les hablan, o mediante el empleo de un oráculo. Los oráculos  que emplea el Alágbàá son las Nueces de Kola, el Obì àbàtà, o el Àgbon (coco).

Todas las sociedades o grupos Egúngún, cuentan con un jefe, líder o sacerdote mayor, normalmente existe una sola sociedad por poblado o ciudad, en el caso de existencia de más de una, se define un único jefe para esa ciudad o poblado y es este jefe el que autoriza o no la celebración de  juegos o fiestas Egúngún, así como las consagraciones de los futuros Alágbàá.

 

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