Oyá

Oyá, Yansa, Aférifélégélégé…

Oyá, se considera una guerrero de enorme fortaleza. Se basta por sí misma, pero suele hallarse en compañía de su homólogo Sangó, se la representa como una mujer fuerte, que a causa de la guerra se hizo intrépida y valiente ante el peligro. Oyá es una mujer orgullosa y voluntariosa, cuya ira es tan temible que debe evitarse a cualquier precio.

También se conoce a Oyá por sus facultades psíquicas, que manifiesta en los vientos. Es el Òrìsà de las tormentas y los huracanes. Con frecuencia se la considera la deidad de la muerte pero, en una percepción más profunda, es la deidad del renacimiento, pues los seres han de morir para resurgir de nuevos principios.

Oyá, también llamada YANSAN se le conoce como la “Madre de Nueve” porque tuvo 9 hijos. Es la Diosa del Viento y la Guardiana de la Puerta entre los reinos de la Tierra y el Cielo. Se la conoce como la Diosa del Cementerio en el Nuevo Mundo y se le asocia con los muertos. Se le pide por el cambio rápido. Se dice que el cementerio es su morada y los espíritus de los muertos sus súbditos. En sentido más específico, protege las almas de los difuntos en su viaje

Oyá, comprende a la muerte, como pocos Òrìsàs, así como Òrúnmìlà tiene relación con Iku, el Òrìsà de la muerte, Ella es quien le precede, acompaña y la transporta en ocasiones. Cuando la muerte llega, Oyá es el último suspiro tomado antes de que el espíritu se marche con Iku.

La diosa Oya tiene que distinguirse de Oya, el espíritu de los antepasados descrito en determinadas Mascaradas. Oyá tiene una fuerte tradición de Egungun , muchos dicen que en esta región se encuentran los orígenes de este culto grandemente ligado a Sango Y Oya, donde la trilogía con Egungun hacen frecuente  la  celebración  de  festivales  donde  las  traes  deidades  comparten juntas.

De todos los Egungun, Oya es el más temido. Cuando él aparece, va acompañado por un gran grupo de ‘Atokuns’ o séquito y de hombres mayores llevando látigos. Al frente de los Egungun va un grupo de mujeres que van vestidas hasta la cintura, quedando el resto desnudo. El Oya lleva un traje más completo y pintoresco que los demás egunguns. Lleva una máscara que le da una apariencia misteriosa.

Se supone que Egungun Oya ha sido importado del Distrito Níger. Oya es el nombre de la diosa del Níger, y Egungun Oya es considerado como la forma encarnada del espíritu de la diosa que toma la forma de un hombre. De aquí que la aparición de Egungun es anunciada por un grupo de mujeres, y por lo que a las mujeres se les permite completamente tomar parte en el desfile.

Una historia contada por el historiador Samuel Johnson se refiere a Oyá como la leal y amada esposa de Sangó. Sólo ella, entre todas sus esposas, decidió acompañarlo en su viaje a Tapa (Nupe) su casa materna. Fue un largo viaje, pero el valor le falló a Oyá en un lugar llamado Ira, su pueblo natal, al que no volvería a ver si mantenía su amor por su esposo y persistía en seguirlo hasta el final.

La perspectiva de residir entre extraños, en una tierra extraña, entre gente que hablaba otra lengua y además, dejar a sus padres y su casa para siempre se apoderó tanto de ella que la hizo vacilar y finalmente desistir de su empeño. Por esta decisión Oyá se avergonzó y determinó no regresar a Oyó, permaneciendo en Ira. Al enterarse del suicidio de su amado esposo, fue tan duro el golpe que ella también decidió suicidarse.

La diosa Oya es la diosa del río Niger, al que se le puso su nombre (Odo Oya). Se supone que es la primera y, por lo tanto, la mujer favorita de Sangó, el dios del trueno. La tradición dice que el río fue formado originalmente por las copiosas lágrimas que ella derramó en la muerte de su marido

Se le deificó y le pusieron su nombre al río Níger, al cual se le denominó Odo Oyá.  OYA es la Diosa del Río Niger en Nigeria, Africa Occidental.

Así como a Sangó se le atribuye el trueno y el rayo, a Oyá se le atribuyeron los relámpagos, los tornados y las violentas tormentas que destruyen árboles y derrumban altas torres y casas. Esto representa su disgusto.

 

Johnson nos dice que como de los héroes y heroínas deificados no habla como muertos sino como desaparecidos, existe el dicho:

 Oya Wole Yi Ile Ira, Sangó Wole Yi Koso.

Oyá desapareció en el pueblo de Ira.

Sangó desapareció en Koso.

La tradición oral cuenta que SANGO tomó a OYA de OGUN y que tenía una calabaza con medicina que le permitía ‘escupir’ relámpagos. Un día OYA sumergió su dedo en ella y la probó y cuando quiso hablar salió fuego de su boca. Desde entonces utilizó su relámpago en zig-zag para ayudar a SANGO a luchar en sus batallas.

Como Diosa del Río Niger, se le simboliza con (piedras celtas) que se obtienen generalmente de los devotos de SANGO, y cuyos bordes no están tan afilados como los utilizados en el altar de SANGO. En el Nuevo Mundo se la representa con dos serpientes desnudas, que hacen referencia a su habilidad como guerrera, y los cuernos del búfalo. En uno de los mitos YORUBA, OYA se transforma en un antílope al tiempo que se dirige al mercado. Algunos ancianos dicen que esta transformación se ha alterado a través de los años en la de un búfalo salvaje.

En el país Yoruba sus ILEKES son marrón rojizo. En el Nuevo Mundo su color es púrpura, así como también emplean algunos con 9 colores diferentes.

Dos espadas desenvainadas y los cuernos de un búfalo es la imagen que representa a Oyá entre los yorubas. A sus seguidores les está prohibido tocar la carne  de  carnero.  Se  distinguen  por  un  particular  collar  de  cuentas  rojas siempre alrededor del cuello.

Hay otra historia que cuenta que OYA, que era originariamente la esposa de OGUN, fue responsable de robar las armas originales (que  eran armas de guerra) de OGUN. Estas armas pasaron a formar parte de su altar, y siempre que OGUN la reprendía, ella las reemplazaba con un nuevo juego de herramientas o aperos de granja.

Ulli Beier en su libro “Yoruba Myths”, nos ofrece un mito sobre esta deidad, según el cual, Oyá fue un antílope que se transformó en mujer. Cada cinco días cuando iba al mercado del pueblo se quitaba su piel en el bosque y la escondía en un arbusto. Un día Sangó la encontró en el mercado, le impactó su belleza y la siguió al bosque, vió entonces cuando se puso la piel y se convirtió en un antílope. Al siguiente día de mercado, Sangó se escondió en el bosque y después que Oyá se convirtió en mujer y fue al mercado, tomó la piel, la llevó a su casa y la ocultó en las vigas. Cuando regresó al bosque se encontró a Oyá, quien trataba desesperadamente de encontrar la piel. Sangó la llevó a casa donde sus otras dos esposas Osún y Oba, éstas aún no le habían dado ningún hijo, en cambio muy pronto Oyá se convirtió en la madre de gemelos.

Llenas de celos, las  otras  dos esposas preocupaban  diariamente a Sangó, preguntándole por el secreto de la nueva mujer: ¿de dónde venía?, ¿cuál era su familia?, ¿cómo la había encontrado?. Al final Sangó cedió. Le dijo a una de sus esposas cómo había encontrado a Oyá, haciéndole jurar que guardaría el secreto. Sin embargo, las mujeres comenzaron a cantar una insidiosa y burlona canción:

Ella come ella bebe Su piel cuelga de las vigas

Oyá se excitó mucho al oir estas palabras. En cuanto estuvo sola buscó en las vigas, encontró su piel, se convirtió en antílope y huyó al bosque.

Cuando  Sangó  regresó  la  persiguió  y  trató  de  hacerla  regresar  a  él. Desafiadora, lo atacó con sus poderosos cuernos pero Sangó la aplacó, poniéndole  un  gran  recipiente  de  akará  (pastel  de  frijoles)  frente  a  ella. Contenta con el ofrecimiento de su comida favorita, Oyá hizo las paces con Sangó y le dio sus dos cuernos. Cada vez que la necesitaba, sólo tenía que golpear un cuerno contra el otro y ella venía en su ayuda.

A OYA le gustan las berenjenas, plátanos, arroz y judías, rábanos, patatas, patata dulce, maíz, akará (pastel de frijoles), Amala (pure de ñame), ginebra y aceite de palma

Ella tiene un mensajero llamado Afefe (“brisa suave”). Esta idea debe haberse originado por la brisa fría que les gusta a aquellos que navegan con ella.

Es adorada en varios lugares del país Yoruba, pero en Lokoro, cerca de Porto Novo, Hogbonou y Adjacé, es la capital oficial de Benín, hay un templo consagrado a ella que contiene una imagen simbólica suya con ocho cabezas pequeñas rodeando a la suya. Esta imagen simboliza al Níger y a su delta.

La palabra “O-ya” procede de la palabra de África Occidental „ye‟, que significa “existir”. Por lo tanto, su significado es “el que vive”.

Nosotros

Nuestro fundador

Araba Mundial Odùgbemi

Yeye Gbogbo Odùgbemi

Quienes somos

Staff Mundial

Congregaciones

Argentina

Chile

Colombia

Cuba

España

Estados Unidos

Nigeria

Italia

Venezuela

Religion Yoruba

Dogma Teologico

Òrìsàs

Eventos

Proximos

Pasados

Comunicados

Enterate lo nuevo